Eligeme un instante.
Respira.
Detente.
Dejame ser en ti ese presente que presume lo que siente.
Eligeme un instante, que sea un recuerdo que te pertenece.
Ahora deja que estas palabras que en ti suenan, te vayan llevando a la aroma de la naturaleza.
La aroma porque aquí, la naturaleza es un instante de femenina intuicion de hierba humeda y fresca de conciencia verde, y de verde lenta.
Pero estabamos en "Eligeme un instante"...
Ahora mira ese instante como aquel que en el cine ve una escena.
Aquel que ve una escena y mira de soslayo a quien a su lado se sienta.
Dime, dime si me encuentras olvidandote de ti, pues ahora vas a ser tu, quien a tu lado se sienta, y quien sentado como enamorado de un tiempo detenido entre los fotogramas, es a ti a quie observa.
Tu miras y te miras mientras tu miras un haz que se diluye en una pantalla blanca y, lo que importa es el esbozo del perfil tuyo en esa penumbra que se dibuja, como se dibujan los rostros de aquellos que miras, cuando al cine vas.
Has visto que complicidad sucede en esos instantes.
Si te logras ver asi.
Hay esa religion secreta que te une en cada instante con dios que se conoce como devocion.
Devocion es la capacidad de ver en la creacion su creador que es tu corazon expandido como una flor sin hogar a viento que en tierra llega del mar por pura emocion, como la niña que en un parque abraza al arbol que se asienta en la tierra de la que parte.
Mas alla de toda unidad esta tu no dualidad y eso es iluminacion.
No hay razon, solo iluminacion.
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen.
domingo, 20 de enero de 2008
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